Mujeres que Emprenden ¿Oportunidad Real o un Paliativo para la Desigualdad?
- giserlc
- 10 mar
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En un curso reciente con mujeres emprendedoras, surgió un comentario que me pegó directo al estómago:
"Me apasiona mi negocio, pero estoy a punto de dejarlo. Estoy drenada. Tengo un trabajo de tiempo completo y, además, soy mamá de una niña de un año."
La escuché y sentí un nudo en la garganta. ¿Cómo responder cuando sabes que el sistema no está diseñado para que las mujeres emprendan en igualdad de condiciones?
Otras emprendedoras con las que he trabajado enfrentan este dilema todos los días.
Karina, dueña de una estética, malabarea entre su negocio y la maternidad. Ana, pastelera, intenta estructurar su empresa desde hace meses sin lograr la estabilidad que busca. Entre risas resignadas, me confiesa: “Cuando empiezo a agarrar ritmo, uno de mis pequeños se enferma y tengo que frenar todo.”
Y no, esto no es un simple desahogo. Es una realidad estructural.
Un sistema que avanza, pero no lo suficiente
Es cierto, hemos avanzado. En 1955, nuestras abuelas votaban por primera vez en México. Hoy, muchas mujeres lideran empresas, pero las cifras siguen reflejando un desequilibrio:
Las empresas fundadas por mujeres en México facturan 65.4% menos que las fundadas por hombres (ASEM, 2024).
Solo el 12.3% de los negocios liderados por mujeres están registrados como persona moral, comparado con el 33.2% de los fundados por hombres (ASEM, 2024).
Las razones detrás de estos números no son casualidad. Uno de los factores clave es la distribución del tiempo y las responsabilidades en el hogar.
En México, las mujeres trabajan 6.2 horas más a la semana que los hombres, pero mientras el 63% de ese tiempo lo destinan a actividades no remuneradas, en los hombres la cifra baja al 27% (INEGI, 2019).
Esto impacta directamente en el emprendimiento: el 65.5% de las emprendedoras con hijos también son las principales cuidadoras (ASEM, 2024).
En teoría, el emprendimiento debería ser una vía de independencia económica para las mujeres. En la práctica, muchas terminan atrapadas en un ciclo donde su negocio es solo un complemento de ingresos sin salir del rol tradicional de cuidadoras.
Tres realidades que limitan el crecimiento de las emprendedoras
Tiempo y energía limitada. La sobrecarga de tareas reduce su capacidad de enfocarse y crecer.
Mentalidad de emprendimiento secundario. Muchas mujeres emprenden con la idea de que, si no funciona, al menos hay otra fuente de ingresos en casa. Esto refuerza el rol de cuidadora como prioridad, dejando el negocio en segundo plano.
Aislamiento del ecosistema empresarial. Muchas mujeres trabajan desde casa o tienen un tiempo limitado fuera de ella, lo que restringe su acceso a networking y oportunidades estratégicas, que suelen darse en espacios públicos y requieren una presencia.
La oportunidad económica que estamos perdiendo
De acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO, 2025), la OCDE señala que los países con menor participación económica de las mujeres—como México—son los que tienen mayor potencial de crecimiento.
Indica que, si México logra incorporar el talento desaprovechado de 18.6 millones de mujeres a la economía para 2035, el PIB podría incrementarse en 6.9 billones de pesos en la próxima década.
Además, en empresas fundadas por mujeres, el 94.7% de los puestos directivos están ocupados por otras mujeres. En contraste, en las fundadas por hombres, esta cifra cae al 4.9% (ASEM, 2024).
Más mujeres emprendiendo no solo significa más negocios. Significa más mujeres en puestos de liderazgo, más oportunidades y más crecimiento económico para el país.
Entonces, si el emprendimiento femenino es clave para el desarrollo económico, ¿por qué seguimos enfrentando tantas barreras?
¿Cómo lo resolvemos?
Reconocer que la desigualdad de género impacta la competitividad de las emprendedoras. Si tienen menos tiempo, menos financiamiento y menos acceso a redes de negocios, sus probabilidades de éxito disminuyen.
Asegurar acceso a financiamiento y redes de apoyo. Las empresas fundadas por hombres acceden 4 veces más a inversionistas ángeles y créditos de alto riesgo que las lideradas por mujeres (ASEM, 2024).
Visibilizar la corresponsabilidad en el hogar. Ninguna iniciativa de equidad será suficiente sin políticas que permitan que los hombres asuman su papel en la paternidad y las labores del hogar.
A pesar de todos los avances, las mujeres seguimos asumiendo la mayor parte de las responsabilidades del hogar y el cuidado. Mientras no existan políticas públicas que equilibren estas cargas, muchas emprendedoras seguirán construyendo negocios con tiempo y energía limitada.
Y si queremos que el emprendimiento femenino sea realmente un vehículo de cambio, no basta con que más mujeres inicien negocios. Necesitamos empresas que no solo sean rentables, sino que también abran más espacios para otras mujeres.
Por mi parte, asumo el compromiso de seguir acompañando, con conciencia y propósito, a las mujeres que con valentía apuestan por el emprendimiento. Porque cada negocio fundado por una mujer no solo transforma su vida, sino también la de su entorno y la de quienes vienen detrás.
Referencias Bibliográficas:
Asociación de Emprendedores de México (ASEM). (2024). Radiografía del Emprendimiento en México 2024: Edición Mujeres. ASEM.
Global Entrepreneurship Monitor (GEM). (2025). Global Entrepreneurship Monitor 2024/2025 Global Report: Entrepreneurship Reality Check. GEM.
Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO). (2023). Más mujeres, mayor crecimiento. IMCO.
Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO). (2023). Las labores del hogar y de cuidados ascienden a 7.2 billones de pesos; 72% lo aportan las mujeres. IMCO.
Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). (2019). Encuesta Nacional sobre Uso del Tiempo (ENUT) 2019: Presentación de resultados. INEGI.




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